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11.Sep.2010 / 03:06 am / Haga un comentario

Elsy Rojas Parra

Elgaropa13@gmail.com

Asistimos a un nuevo evento electoral, uno más de los quince desarrollados en los últimos once años; un evento inserto en el contexto de la estructura estatal de transición. Una contienda definitoria para el rumbo de la Revolución Bolivariana que puede engendrar la nefasta experiencia del derrocamiento de Zelaya en Honduras.

Son elecciones inspiradas todavía en las reglas del juego burgués que arrastran vetas distraccionistas de lo esencial y que han arrojado más triunfos que pérdidas. Suman avances significativos en la construcción de la nueva sociedad.

¿Qué denota este avance? ¿Es suficiente para construir una nueva sociedad?

La contienda electoral es importante; le exige a los participantes ciertos esfuerzos: organización, movilización, conciencia asumida por el militante revolucionario.

Su organización ha transitado por diferentes instancias: círculos bolivarianos, unidades de batalla electoral –ube-, batallones, unidades de batalla electoral Bolívar 200; también ha militado y milita en el Movimiento Quinta República y en el Partido Socialista Unido de Venezuela. Bajo su amparo se moviliza, esgrime consignas, divulga el mensaje bolivariano; pero, hasta allí. La organización fenece al concluir el evento electoral, no lo trasciende; se pierde así una invalorable experiencia histórica.

¿Por qué el extravío? ¿Qué ha fallado? ¿Podemos avanzar así hacia destinos más complejos y complicados?

La contienda electoral es un evento más del proceso reformista del Estado burgués. Juega con sus mismas reglas aunque permita el avance. Rosa Luxemburgo[1], nos ilustra al decir: …La reforma no posee una fuerza propia, independiente de la revolución. En cada período histórico la obra reformista se realiza únicamente en la dirección que le imprime el ímpetu de la última revolución, y prosigue mientras el impulso de la última revolución se haga sentir. Más concretamente, la obra reformista de cada período histórico se realiza únicamente en el marco de la forma social creada por la revolución.

De allí que avanzar en revolución implique trascender el simple acto electoral. Exige crecer en conciencia y he allí nuestra gran debilidad. El militante revolucionario y bolivariano ha despertado al mundo de la política; protagoniza su historia, conscientemente. Participa en eventos, escucha y divulga mensajes  polémicos sobre el mundo, su entorno y sus intereses y actúa en consonancia con las nuevas directrices. Pero, necesita más.

Dice Antonio Aponte[2]: La conciencia es la noción que los individuos o sectores sociales tienen de su ubicación en la sociedad, y la visión del mundo que de esa ubicación se desprende. Ella está entrelazada con la existencia, y a su vez la existencia depende de la forma hegemónica de propiedad de los medios de producción.

Nos preguntamos: ¿los militantes revolucionarios y bolivarianos tienen clara esta relación? Albergamos dudas.

La enajenación impregna el espíritu y el ser de los militantes. Su cuerpo físico sigue actuando compulsivamente alimentado por las reglas brutales del cruel capitalismo. Vive sumido en la cotidianidad de la rutina; ella invade los espacios y agota los instantes de un tiempo valioso para trascender lo mezquino de la inmediatez.

El cuerpo se alimenta ¿y el espíritu y la mente?. Dice Rodríguez[3]: No puede negarse que es inhumanidad, el privar a un hombre de los conocimientos que necesita, para entenderse con sus semejantes, puesto que, sin ellos, su existencia es precaria i su vida… miserable. La Instrucción es, para el espíritu, lo que, para el cuerpo, el Pan… [no sólo de pan vive el hombre]: ¡así como, no se tiene a un hombre muerto de hambre, porque es de poco comer, no se le ha de condenar a la ignorancia, porque es de pocos alcances.

La formación ideológica de la militancia revolucionaria y bolivariana ha sufrido muchos altibajos. Se concibe, diseña, se divulga y, se interrumpe. En junio de 2009 Hugo Chávez Frías impartió las directrices para lo que, en octubre del mismo año se denominó Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez.

Según su coordinador, Jorge Arreaza[4]el Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez surge en un momento crucial, para coadyuvar en el inmenso desafío de garantizar que la transición hacia el socialismo se lleve adelante con eficacia política y eficiencia y calidad revolucionarias. Es necesario desmontar el andamiaje del capitalismo y armar la estructura innovadora y liberadora de nuestro socialismo.

Un proceso perentorio, alimentado por las tesis de un sinfín de pensadores nacionales y extranjeros, preescrita según las técnicas de la Pedagogía Crítica. Un proceso formativo que debió rendir resultados en el fortalecimiento de las conciencias. Sin embargo, fue postergado nuevamente. Las tareas electorales ocupan la atención de la militancia revolucionaria y bolivariana.

¿Por qué se interrumpe y soslaya la formación de los militantes? ¿Conviene realmente desmontar su conciencia enajenada?

La militancia revolucionaria y bolivariana alimenta su espíritu y su mente con consignas, ideas y mensajes; actúa en consecuencia; pero arrastra una debilidad, una herencia escolar y familiar preocupante. Reflexiona superficialmente sobre asuntos de gran complejidad porque carece del hábito de la lectura; se distrae con facilidad con los medios de difusión, postergando así la importante tarea del estudio. De allí que su conciencia sea frágil y manipulable.

El vasto pensamiento sobre y para la redención de la humanidad existe. Lo testimonian Rodríguez, Martí, el Ché, Bolívar, Fabricio, Rosa, Clara. Ellos hicieron lo suyo y esperan por nosotros. Oigamos a Rodríguez[5]: La América está llamada (SI LOS QUE LA GOBIERNAN LO ENTIENDEN) á ser el modelo de la buena sociedad, sin más trabajo que adaptar. Todo está hecho (en Europa especialmente). Tomen lo bueno –dejen lo malo- imiten con juicio- y por lo que les falte INVENTEN. El fundamento del Sistema Republicano está en la opinión del pueblo y ésta no se forma sino instruyéndolo.

Vivimos tiempos definitorios y las definiciones implican decisiones para trascender. Lo electoral es valioso, reforma el aparataje estatal; pero no es suficiente. Urge que la revolución bolivariana avance aún más, transtorne lo viejo y se ocupe de lo nuevo con hombres y mujeres conscientes del deber social, comprometidos con la hechura del socialismo; se acorta el tiempo de sobrevivencia de la humanidad. O es hoy o nunca.


[1] Luxemburgo, Rosa. La conquista del poder político”. Cuadernos de Formación Ideológica del PSUV, No. 2, p. 34.

[2] Aponte, Antonio. (2006). 100 Granos de Maíz. Ediciones Misión Conciencia y Gobierno Revolucionario de Anzoátegui, Fondo Editorial Fabricio Ojeda.

[3] Rodríguez, Simón. (1980). Inventamos o erramos. “Pródromo de Sociedades Americanas”. Caracas: Monte Avila Editores, S.A.

[4] Arreaza, Jorge. La Formación Socialista y el Tercer Ciclo de la Revolución Bolivariana. (Documento en línea) Disponible: http://www.psuv.org.

[5] Rodríguez, Simón. (1980). Inventamos o erramos. “El Libertador del mediodía de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social”. Caracas: Monte Avila Editores, S.A.

 

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